Los crueles designios que cada cierto tiempo recaen sobre la institución se cumplieron. Contra ellos nada puede el hombre. Pero hay algo que esa crueldad no pudo impedir, y es que ante su féretro el Cuerpo entero haya acompañado al amigo que traspasó la frontera en su marcha hacia lo desconocido para no volver.

Con dolor y emoción se le dio el último adiós, emoción silenciosa y profunda, de nobles corazones y de sentimientos delicados.

Así, los bomberos y bomberas del Cuerpo de Bomberos de Conchalí-Huechuraba sintieron en sus corazones oprimidos por una amarga y angustiosa emoción, al dar el adiós postrero a quien llegara a servir entre otros, el cargo de Comandante del Cuerpo.

Ccontemplaron con tristeza y mucha pena, como ha caído un viejo roble, un pilar fundamental de su Cuerpo de Bomberos, sin embargo, este lamentable hecho les da más fuerza, pues el cariño y ejemplo que les entregó don Antonio, los alienta a continuar la senda de los fundadores.