Cuatro Bomberos de la Primera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Curacautín, trabajaron cerca de una hora en el hospital de la ciudad, con una paciente que tenía un fierro de 150 centímetros clavado en su cuello.

"Ella tenía incrustado en su cuello un fierro metálico con una punta bien afilada, en la zona cervical derecha. Era como una lanza", señaló el Superintendente de Bomberos de Curacautín, Javier Pizarro. Agrega, además, que junto a sus tres compañeros rápidamente evaluaron la situación y pusieron en marcha la maniobra de rescate que consistió en cuatro pasos:

Paso 1: La herramienta

Lo primero fue escoger el instrumento apropiado para cortar el fierro. En este caso optaron por un esmeril angular. "Necesitábamos algo que cortara lo más rápido y parejo posible y eso lo hace el galletero (disco)".

Paso 2: Lubricación

Para poder cortar el fierro, los cuatro Bomberos tuvieron que lubricar la barra. "Era necesario, porque al usar el esmeril angular, el roce de la galleta genera calor y este podría haber quemado a la mujer por conducción térmica".

Paso 3: Fijación de la barra

"Cuando ingresamos al box, el paramédico afirmaba el fierro porque si se movía hacia arriba o hacia abajo podía comprimir la zona del cuello. Entonces con una escala hicimos una plataforma especial para fijar el fierro, es decir, que no estuviera en el aire, sino que inmóvil, apoyado".

Paso 4: El corte final

Según el Superintendente Pizarro, el corte del fierro fue muy rápido, pero el trabajo de preparación para hacerlo duró 40 minutos. "Se trataba de una maniobra muy delicada y cuidadosa, porque la zona que estaba afectada (zona cervical derecha) es muy sensible", enfatiza.

La maniobra culminó con dos cortes con el galletero. "El primero fue un tramo largo, de unos 50 cm. y luego del segundo quedó entre 30 a 40 centímetros de fierro incrustado en el cuello de la mujer, para que pudiera ser trasladada de urgencia al Hospital de Victoria", dice Pizarro.

En el hospital, los médicos lograron sacarle el fierro restante del cuello dándole el alta a la mujer horas más tarde.

Finalmente, el Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Curacautín, Javier Pizarro, señaló que esa escena no se le olvidará "nunca", y que, gracias al trabajo de ambas instituciones, se logró salvar la vida de la mujer.