Quienes conocieron a Luis Orlando Peñaloza Ruz (Q.E.P.D.), destacaban su amabilidad y compromiso con la comunidad. En su último adiós, se hizo memoria de sus logros bomberiles, destacando su calidad de Bombero Insigne de Chile, miembro Honorario del Cuerpo de Bomberos de Rengo, y voluntario Honorario de la Primera Compañía de Bomberos "Bomba Rengo", con premio por 60 años de sericio.

Su despedida contó con la participación de delegaciones de la Segunda y Tercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Rengo, además de una delegación de la Brigada de Bomberos, "Bomba El Cerrillo", quienes escoltaron el féretro hasta el cementerio católico, demostrando su apoyo a la unidad doliente, en este caso la Primera Compañía, "Bomba Rengo".

En sus logros como bombero

Ingresó a las filas de la "Bomba Rengo" en agosto de 1956, sirviendo a la ciudad de Rengo hasta el año 1975, fecha en donde renunció a la unidad, para reingresar al año siguiente, en 1976. En 1978 decide partir de la Primera Compañía, pero sus ganas de seguir ayudando fueron mayores y al año siguiente volvió a vestir la cotona roja hasta su lamentable deceso, contando con una antigüedad total de 63 años de servicio en el Cuerpo de Bomberos de Rengo.

Además, Don Orlando ostentó los cargos de Secretario y Tesorero de Compañía, Teniente Segundo, Teniente Primero, Capitán y Director. En el Cuerpo de Bomberos participó en la función de Capitán Ayudante, puesto que hoy lleva el nombre de Segundo Comandante.

Sobre este lamentable deceso, el Director de la Primera Compañía "Bomba Rengo", Francisco Grez Cordero, señaló que "con él se va una generación llena de sacrificios y de nobles ejemplos. Nos compartía siempre sus vivencias e importantes historias de cuando se contaba con pocos recursos, pero se hacía una gran labor de ayuda a los vecinos. Le gustaba jugar mucho al dominó y en torno a ello se acordaba de un pasado histórico Bomberil compartiendo sus experiencias con las nuevas generaciones de bomberos. Siempre es importante recordar su historia en sus 63 años de servicio como Bombero. Despedir a Don Orlando es muy difícil, porque fue una persona con la que compartimos innumerables anécdotas y conversaciones. Y también es difícil porque con su partida estamos despidiendo una generación, la denominada generación del 50 como él mismo le decía".